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lunes, 17 de febrero de 2020

Una noche de meditación.

Anoche no pude dormir, de hecho me pude dormir hasta las 4 am, así que fuí a mi altar a Seth, prendí una vela aromática de manzana y canela y me senté a recordar sobre las primeras veces que lo podía ver, realmente al principio yo nunca lo busqué, él aparecía en mis meditaciones, lo veía tal cual, podía ver su cara, su traje lleno de oro y joyas y su musculoso cuerpo de piel blanca y dorada como el sol, un ser tan hermoso la verdad. La primera vez que lo ví en imagen fue especial, realmente me atrapo y lo recordé como si ya lo hubiera tratado antes, y a pesar que nunca trabajé con él, se llegaba a presentar y a hablarme, y me llegó a presentar un método de ceremonia que me ayudaría únicamente en asuntos de suma importancia (Hasta ahora nunca lo he hecho), luego recordé cuando realmente me acerque a él y lo empecé a adorar, y sus primeras enseñanzas de vida, fue una conexión muy especial, y recordé también cómo me veía feliz y complacido de que atendiera su llamado, él me miraba con dulzura y amor y yo no paraba de verle, de contemplarlo, incluso me he atrevido a abrazarlo y él correspondió en abrazarme, eso en la visión fue tan real, realmente sentí su cariño, sentí el íntimo momento. 

Cuando me dormí tuve un sueño, soñé que pertenecía a su corte, tenía un importante lugar en sus dominios y competía contra otros por un puesto aún mayor, no sólo como miembros de la nobleza, sino un cargo de poder político, al final del sueño él llegó a mi, me alzo y me elevo a la punta de mi propia pirámide (Una pirámide que eh visto en varias ocasiones), la construcción estaba bellamente hecha y brillaba con la luz del sol con un hermoso resplandor dorado, una vez en la punta me dijo que todo lo que había hecho, mis desiciones y mi propio camino se habían hecho de forma correcta, me pidió que mirara el paisaje, y ví el antiguo Egipto de antes, el gran Imperio que una vez fue, y me dijo: -Aquí está tu casa, tus arenas, y tienes mi poder y mi bendición en tus manos-: Cuando dijo que tenía su bendición en mis manos, tomo ambas de mis manos y las junta, de tal forma para recoger algo que caería, y ví mis palmas brillar. Solo dormí 4 horas, pero desperté con energía y con un profundo amor, y con un sentimiento de ojala no hubiera despertado, nunca más. 

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