Una sexta lección.

Me encontraba angustiado y con estrés por ciertas actuaciones de individuos con sus incesantes deseos de destruir y difamar a los demás, así que no pude dormir mientras no paraba de recordar lo sucedido, entonces como a las 3 de la mañana, en la oscuridad de mi cuarto vi la oscura y hermosa sombra de Seth, con esos bellos ojos rojos carmesí que brillaban como estrellas, y mostrando su implacable musculatura y su traje bellamente decorado por oro, se me quedo mirando un corto tiempo mientras yo asimilaba lo que estaba mirando, y una vez que lo aprecie bien movió esos bellos labios, y dijo: -Calma, que cuando alguien destruye todo a su paso para posicionarse en un alto puesto y quedar bien, es como destruir la pirámide que ellos mismos se quieren adjudicar, al final no habrá nada sosteniendo la estructura y todo terminara por desmoronarse, desde la base hasta la punta y ellos caerán al abismo-.